Hola!
Hace algunas semanas os expliqué cómo se hace un esmaltado de uñas semipermanente. Pues bien, ha llegado la hora de eliminarlo y como comenté en su momento, es algo que se debe hacer en el centro de estética ya que no se elimina con un simple “quitaesmalte”, sino que requiere un proceso.
Como veis, un mes después el esmalte se encuentra intacto y sólo se observa el hueco por el crecimiento normal de la uña. Este tipo de esmaltado resiste estupendamente a roces y es ideal para el verano si vamos a playa y piscinas.
Para que la uña no se dañe y conserve un aspecto sano se debe retirar el esmalte envolviendo cada uña en un algodón impregnado con el removing especial de esmalte semipermanente. Esto se cubre con papel de aluminio para que el producto no se seque y pueda actuar unos 15 minutos.
Transcurrido ese tiempo, el esmalte se habrá ablandado y lo podremos ir quitando con un palito de naranjo.
A continuación pulimos las uñas para eliminar los restos de color que han quedado.
Y por último si se desea, volvemos a esmaltar la uña. Esta vez hemos esmaltado con un esmalte normal. Si no se vuelven a esmaltar las uñas, al haberlas pulido quedan muy limpias y naturales, no obstante tras el uso prolongado de esmaltes a veces las uñas tienden a amarillear. Para blanquear, limpiar y devolver a la uña su aspecto natural se pueden usar las perlas antiamarilleo. Perlas a base de sales efervescentes con caléndula, limón y algas.
Pues estos han sido los pasos para eliminar el esmalte semipermanente que se puso nuestra clienta Berta para sus vacaciones. ¿Usáis este tipo de esmalte? ¿Qué os parece?
Hasta pronto!
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