La hidratación durante el embarazo

Sabemos que durante todo el día, el ser humano debe beber entre 1,5 litros de agua o 2 litros. En invierno cuesta horrores llegar a esa cantidad y en verano la superamos fácilmente. Nosotros nos gestionamos sin mayor preocupación aunque sabemos que la falta de hidratación perjudica gravemente el cuerpo, pero, ¿podemos seguir gestionándonos sin preocupación cuando estamos embarazadas? La respuesta es NO. La hidratación durante el embarazo es fundamental para disfrutar de una gestación adecuada.

El agua es vital en el embarazo

¿Qué necesidades son las que deben cubrirse durante el embarazo para que el aporte de agua sea fundamental? Durante 9 meses, el agua ayuda a aumentar el volumen plasmático y también ayuda en la formación de líquido amniótico, para favorecer el crecimiento y desarrollo del feto.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha concluido que durante el embarazo y la lactancia el agua tiene multitud de beneficios los cuales son: facilita el transporte de nutrientes al feto, previene el estreñimiento y la acidez de la embarazada, favorece la depuración de toxinas evitando de esta forma la formación de cálculos renales, evita la deshidratación provocada por las náuseas o vómitos y disminuye el riesgo de hipertensión mareos o hasta un golpe de calor.

Una adecuada hidratación mejora la circulación sanguínea ayudándonos a conservar la temperatura corporal y tolerar mejor el calor y además, contribuye a un adecuado y saludable embarazo.

  • El agua transporta los nutrientes hacia el torrente sanguíneo del feto y por todo el organismo.
  • Se sufre menos de estreñimiento.
  • ¿Quieres evitar la acidez creada por los jugos gástricos y las náuseas? ingiere líquidos a pequeños intervalos, te ayudará.
  • La depuración a través de la orina es clave para las personas, sin embargo, las mujeres embarazadas sufren de diversas infecciones urinarias por lo que resulta indispensable beber más ya que favorece la depuración de toxinas, reduce la formación de cálculos renales y el desarrollo de infecciones de vías urinarias.
  • Se evita la deshidratación cuyos síntomas son dolor de cabeza, náuseas e, incluso, contracciones.
  • Estas náuseas, los vómitos o la gastroenteritis aguda provocan gran pérdida de sales minerales que debemos restituir con bebidas ricas en sales minerales.

¿Qué cantidad de agua debe beber una mujer embarazada?

“Tengo que comer por dos personas”. Bien sabemos que este dicho no es muy cierto y por supuesto, tampoco se aplica al consumo de líquidos por lo que no, no tendremos que beber 4 litros de agua. Únicamente deberemos incrementar la cantidad de agua que bebemos porque las necesidades son mayores, pero no es necesario excederse. 

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomienda, junto con el Instituto de Investigación del Agua y la Salud, incrementar la ingesta de agua en no menos de 300 mililitros diarios porque resulta imprescindible reducir la sensación de sed, es decir, no esperar a tener sed para beber y un consejo, si se beben bebidas a temperaturas bajas, se incrementa el consumo. Eso sí, de la cantidad total que debe consumirse, unos 700 ml aproximadamente pueden derivar de alimentos que contengan agua en su composición.

Diversos estudios entre los que se encuentra el de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomiendan consumir hasta 3 litros de agua cada día con el fin de preservar la cantidad y composición de la leche. Atención porque una deshidratación leve es difícil que afecte a la calidad, pero por el contrario, si es moderada o grave, puede cambiar tanto la cantidad de la leche como su composición.

¿Qué cantidad de agua debe beber una mujer en período de lactancia?

Cuando llega la etapa de la lactancia las necesidades hídricas de las madres se ven incrementadas, ¿por qué?, porque se calcula que los bebés beben un promedio de 750 ml diarios de leche durante el primer medio año de vida por lo que las madres lactantes deberán aumentar la ingesta de líquidos. Aquí surge una ventaja respecto al periodo del embarazo, y es que las madres lactantes sí tienen sensación de sed mientras que las embarazadas no tienen esa sensación por lo que no corren riesgo a la hora de deshidratarse.

En período de lactancia también es indispensable llegar a los niveles básicos de ingesta de calcio ya que las aguas sulfatadas estimulan la movilidad intestinal y evitan el estreñimiento, el cual acompaña normalmente al embarazo.

Si tienes más consultas acerca de la hidratación durante el embarazo consúltanos, estaremos encantados de ayudarte.

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