El sol, tiene muchas cosas positivas, pero también negativas, por lo tanto debemos ser conscientes de que una exposición alta al sol puede provocar algunas consecuencias sobre nuestra piel nada recomendables e incluso peligrosas en algunos casos: perdemos colágeno, se deshidrata, produce fotoenvejecimiento, acelera la aparición de manchas solares, puede dañar el ADN, lo que puede provocar cáncer de piel.

La protección solar es necesaria tanto en invierno como en verano. Pero en los meses de calor, la intensidad de los rayos del sol son mucho mayores. Para mantenerte saludable seguir los siguientes pasos:

Evita las horas de sol

Si estás pensando en hacer deporte o alguna actividad al aire libre, olvídate de hacerlo de 12:00 a 16:00. Son las horas de mayor calor en las que los rayos del sol están más fuertes y además de poder producirte desmayos o golpes de calor fuertes, la exposición solar en estas horas puede provocar grandes quemaduras en tu piel.

No expongas a ningún menor de 2 años al sol directo

Un bebé o un niño menor de 2 años tiene la piel extremadamente sensible y la facilidad para sufrir deshidratación o golpe de calor es mucho más alta.

Se recomienda mantenerlos a la sombra y llevar cuidado con el reflejo del agua, arena o asfalto.

 

 Elige el factor de protección más adecuado

Es necesario que cuando vayas a exponerte al sol, sepas que SPF utilizar. Ten en cuenta que los primeros días de verano, al no estar bronceados, necesitamos una protección más alta de la del resto del verano.

No excedas tu tiempo al sol

El sol es fuente de energía y está bien tomarlo con precaución, pero no sobrepases el límite recomendado. Para cada fototipo de piel y, en función del SPF que usemos tenemos tiempos de exposición límites. Acuérdate en utilizar la calculadora y la cabeza para concer y evaluar tu exposición solar cada verano.

Usa suficiente protector

Debes cubrir absolutamente todas las zonas que estén expuestas al sol, incluyendo orejas, cuello cabelludo, dorso del pie,etc. Tienes que repetir la aplicación con la frecuencia que recomiendo la firma porque el protector solar puede eliminarse con el sudor, el roce de la ropa o la toalla, el contacto con el agua o la biodegradación que sufre en caso de filtros químicos.

Protégete con antelación

Cuando hayas aplicado tu filtro solar, deja pasar media hora antes de salir a la calle. Así dejarás tiempo para que el cosmético haga su efecto.

Utiliza la alimentación como protección

Si eres especialmente sensible al sol, puedes reforzar la protección que te brinda tu crema con antioxidantes como el betacaroteno, los polifenoles o la vitamina E obtenidos de alimentos. Aunque no protege de la quemadura solar, reduce la sensibilidad de la piel y aumenta su resistencia ante los agente externos que la agreden.

 Barreras físicas

Optar por barreras físicas como la ropa larga, los sombreros o las sombrillas puede ser un complemento perfecto a los bloqueadores solares. Ten en cuenta que dependiendo del color, el tipo de material, las fibras y el grosor la protección contra la radiación puede variar. Existe ropa especial que tiene un SPF determinado.

Gafas de sol

Los ojos también necesitan protegerse del sol. Es imprescindible que las gafas sean homologadas para que no produzcan ningún daño óptico.

Es necesario saber la categoría de filtro de la gafa. El filtro 1 es para un resplandor bajo mientras que el 4 es para un alto brillo y protege aún más al ojo.

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