En anteriores entradas os comentábamos la diferencia entre un peeling y un exfoliante y todo se resumía en la intensidad. Con este artículo vamos a profundizar más en todo aquello que esté relacionado con los pasos a realizar para realizar una exfoliación corporal con éxito.

Pero, ¿tenemos claro lo que buscamos al hacernos una exfoliación corporal? Los objetivos son claros: eliminar las células muertas de la piel para regalarnos un rejuvenecimiento facial instantáneo previniendo, además, la flacidez. Pero no solo eso, os damos los beneficios que lograréis al realizaros una exfoliación corporal.

  • Elimina las células muertas.
  • Previene el envejecimiento.
  • Renueva los tejidos.
  • Estimula el sistema linfático.
  • Libera toxinas acumuladas en la piel.
  • La piel logrará un aspecto uniforme y más suave al tacto con lo que tu belleza se multiplicará.
  • Prepara la piel para siguientes tratamientos como los hidratantes o reductores.
  • Mejora la depilación al evitar que los vellos se enquisten.
  • Hace lucir un mejor bronceado ya que la exfoliación evita las manchas por lo que el color se muestra más intenso.

¿Cuántos tipos de exfoliación corporal hay?

Concretamente tenemos tres tipos para eliminar los residuos acumulados y evitar posibles infecciones: podemos hacernos una exfoliación por abrasión mecánica, véase con bisturí o una lija dermatológica, también podemos recurrir a la acción del láser que realizará, evidentemente, un profesional, y por último tenemos las cremas o geles.

¿Cuándo debo realizarme una exfoliación corporal?

Depende de tu tipo de piel, por ejemplo, si tienes una piel sana basta con realizarte un tratamiento exfoliante después del verano. Gracias a ello lograrás eliminar los daños que la piel ha sufrido por la acción del sol durante el verano.

 

¿Pero solo una al año? Mejor optar por conservadores y hacer algunas más durante el año.  Una después de verano seguro, de hecho lo recomendable es realizarse el tratamiento una vez al mes o, si no se puede, en cada cambio de estación. Y el momento idóneo será aquel que te permita dedicarle el máximo tiempo necesario ya que después de la exfoliación siempre es aconsejable hidratar bien la piel y dejar que la crema se absorba.

 

¿Qué tipo de pieles pueden verse más beneficiadas?

En primer lugar, TODAS las pieles pueden hacerse el tratamiento por lo que todas pueden beneficiarse de la exfoliación. Algunas, las más sensibles, deberán tener mayor precaución pero por ello, existen exfoliantes muy suaves especialmente indicados para pieles de este tipo. Lo que sí está claro es que las pieles que más agradecen estos tratamientos son las pieles secas porque son las que más hidratación necesitan.

Exfoliantes para pieles secas: al producir menor cantidad de sustancias que retienen la humedad le hace ser objetivo sensible de agentes externos. Cuando esto sucede, la textura de la piel se vuelve escamosa y se decolora.

Exfoliantes en pieles grasas: justo lo contrario a las pieles secas. Por ello debemos encontrar el equilibrio entre los aceites naturales de la piel sin llegar a dañarle. Además se aconseja realizarse una exfoliación en casa cada semana, con ello lograremos mantener la piel sana.

Pieles mixtas: vamos a ser conservadores y diremos que con un exfoliante neutro bastará, ¿por qué?, porque este tipo de piel combina la piel seca y la piel grasa, por lo que utilizar un grano grueso puede provocarnos daños en la piel. Eso sí, si tenemos localizadas las partes del cuerpo que son secas o grasas podemos utilizar las cremas propias con total tranquilidad.

Pieles sensibles: cuidado con el producto a utilizar ya que se trata de pieles delicadas y que sufren mayor sensibilidad que otras pieles. Por ello, aquí optamos por productos suaves que no causen ninguna irritación.

¿Cómo se exfolia la piel del cuerpo? – Pasos para el éxito asegurado

Elegir el producto. Parece obvio pero es uno de los pasos más importantes. No todos sirven para todo, por ello, debemos fijarnos bien en sus características y sobre todo, al tipo de piel al que van destinado. Además, también podemos escoger la textura, aunque siendo un exfoliante corporal todos deberían tener el grano más grueso.

Una vez que tenemos el producto, empieza el ritual. Nos reservamos un espacio de tiempo donde no pueda haber interrupciones y vamos directamente a darnos un baño. Aprovechamos que la piel está húmeda para aplicarnos el producto.

Y nos lo aplicamos realizando suaves círculos de manera ascendente. Con ello no solo eliminamos las células muertas, también estimulamos la circulación.

Mientras estemos realizándonos la exfoliación corporal debemos evitar zonas como el escote o el pecho ya que son zonas altamente delicadas. En este caso optaremos por cremas con grano más fino, es decir, las utilizadas para el rostro.

Por otra parte, en zonas como las rodillas, los talones y los codos debemos mostrar algo más de insistencia ya que son más duras.

Y cuando ya hayamos finalizado de masajearnos, eliminamos el producto que aún permanezca en la piel, podemos hacerlo con agua fría para así cerrar los poros abiertos. Podemos utilizar guantes exfoliantes para así retirarlos de la piel definitivamente. Recuerda limpiar, una vez finalizado todo el tratamiento, los guantes.

Aprovechamos las bondades del tratamiento y lo expuesta que hemos dejado la piel para finalizar, como no podía ser de otra forma, con el tratamiento hidratante adecuado a nuestra piel ya sea en crema o loción corporal. Notaremos como la piel la absorbe más rápida y eficazmente todos los nutrientes.

Con este tratamiento, sin duda, lograrás cuidar tu piel manteniéndola sana y radiante por más tiempo.

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (1 votos, con un total de: 4,00 sobre 5)
Cargando...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *